Los Nazgûl (nazg = anillo, ûl = espectro), también conocidos como los Nueve Jinetes o los Jinetes Negros, son los malvados sirvientes de Sauron en la Tierra Media.
Segunda Edad
Los nueve Nazgûl surgieron como los más poderosos sirvientes de Sauron. Se dice que tres de los nueve fueron originalmente "grandes señores" de Númenor. Eran poderosos hombres mortales a los cuales Sauron dio nueve Anillos de Poder. Estos resultaron ser su perdición:
"Aquellos que usaron los nueve anillos fueron poderosos en sus días, reyes, magos y guerreros de antaño. Obtuvieron gloria y riqueza, pero se convirtieron en desgracia. Tuvieron, como parecía, vida eterna, pero la vida se volvió demasiado eterna para ellos. Podían caminar, si querían, invisibles ante todos los ojos bajo el sol, y podían ver cosas invisibles para los hombres mortales; pero a menudo contemplaban solo los fantasmas e ilusiones de Sauron. Y uno por uno, tarde o temprano, de acuerdo a su fuerza natural y a lo bueno o malo de sus actos en el comienzo, cayeron bajo la esclavitud del anillo que llevaban y el dominio del Anillo Único de Sauron. Se volvieron para siempre los protectores invisibles del Dueño del Anillo Único, y entraron al reino de las sombras. Fueron los Nazgûl, los Espectros del Anillo, los sirvientes más terribles del enemigo; la oscuridad los seguía, y clamaban con las voces de la muerte".
El efecto corruptivo de los anillos causó que su cuerpo físico se fuera desvaneciendo hasta quedar como espectros completamente. Siendo visibles solo por sus túnicas, su apariencia original era totalmente invisible para ojos mortales. El reflejo rojo de sus ojos podía ser claramente distinguido incluso a la luz del día, y al enfurecerse parecían llamas infernales. Tenían muchas armas, como largas espadas de acero, dagas con propiedades venenosas y mazas negras de gran poder.
Su arsenal de armas mortales no estaba reducido solo a ataques físicos: estaban constantemente rodeadas por un aura de terror, que afectaba a toda criatura viviente; su aliento (llamado Hálito Negro) era venenoso, y sus llantos causaban terror y desesperación. Según Tolkien, sin embargo, era el miedo que inspiraban su principal peligro:
"No tienen un gran poder físico contra los intrépidos", escribió, "pero lo que tienen, y el miedo que inspiran, es enormemente incrementado en la oscuridad".
Tercera Edad
Los Nazgûl asediaron Minas Ithil y la capturaron luego de dos años. A partir de entonces, la ciudad se volvió Minas Morgul, la fortaleza de los Nazgûl, desde donde dirigieron la reconstrucción de los ejércitos de Sauron, también adquiriendo el Palantir para el Señor Oscuro. Sauron regresó a Mordor. Dos o tres de los Nazgûl fueron enviados a su fuerte en Dol Guldur para guarnecer ese puesto fronterizo.
La guerra del Anillo
Cerca del principio de la historia contada en El Señor de los Anillos, Sauron ordenó a los Espectros del Anillo que recuperaran el Anillo Unico del poder de "Bolsón" de "la Comarca". Disfrazados como jinetes vestido en negro, buscaron a Bilbo Bolsón quien, como Gollum había revelado, tenía el Anillo Único en su posesión.
Los Nazgûl usaban generalmente caballos negros como medio de transporte. Cuando fueron arrastrados por las aguas del río Bruinen, sus caballos murieron ahogados. Los espectros del anillo se vieron forzados a volver a Mordor para reorganizarse. Reaparecieron montados en criaturas voladoras, a tal punto que fueron conocidos como Nazgûl alados.
El Señor de los Nazgûl mismo fue asesinado por Éowyn, la sobrina de Théoden, y por Merry (conocido como "el Magnífico" desde entonces), durante la Batalla de los Campos del Pelennor: la puñalada de Merry con una poderosa espada encantada, procedente de Númenor, hizo que el Rey Brujo cayera sobre sus rodillas, dejando que Éowyn le diera el golpe fatal clavándole la espada en su supuesta cabeza jamas vista. Esto fue posible debido al hechizo que tenía: "Ningun hombre sobre la tierra me puede matar" no hablaba de que una dama tampoco pudiera hacerlo.
Los ocho espectros restantes atacaron al Ejército del Oeste durante la última batalla ante la Puerta Negra. De todas maneras, cuando Frodo Bolsón arrojó el Anillo Único a los fuegos del Monte del Destino, Sauron ordenó a los ocho Nazgûl volar hacia allí para detenerlo. Pero llegaron muy tarde: el Anillo había caído al fuego junto con Gollum. Con su destrucción, los 8 Nazgûl restantes desaparecieron.
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